Aquí Jesús nos dejo otro ejemplo, solo que no nos hemos dado cuenta; pues como bien sabemos Jesús pasó haciendo el bien, enseñando y curando enfermos y endemoniados, nosotros hacemos lo contrario por falta de Fe.
¿No es este el Hijo de David? Y los fariseos contestaron: Este echa demonios por obra de Beelzebú, rey de los demonios.
Jesús sabía lo que pensaban y contesto: Todo reino dividido esta perdido, porque en la unión esta la fuerza.
Los fariseos aún viendo los Milagros, y sabiendo que Jesús era el Mesías el Maestro, le pidieron una prueba, ¿hipócritas? Que mejor prueba que expulsar a los demonios y sanar a las personas como: el Ciego el tuerto, el mudo, el leproso, el paralítico, etc.
Esa raza perversa e infiel, pide un Milagro, pero solamente se lo dará el signo del profeta Jonás; porque del mismo modo que Jonás estuvo tres días y tres noches dentro de un pez, así también el Hijo del Hombre estará tres días y tres noches bajo tierra.
Con una diferencia muy grande, que Jonás cuando salió del pez, fue en cuerpo y carne, pero el Hijo del Hombre, salió debajo de la tierra en cuerpo y alma, donde esta Sentado a la Derecha con el Padre.
Con la diferencia que Jonás, al salir del pez se quedo en la tierra, mientras que el Hijo de Dios fue elevado al Cielo, por ser “Santo y no pecador como nosotros.
Todo cristiano debe pensar que, si Dios nos creo con polvo, al polvo volveremos, porque el cuerpo se pierde como se pierde la Flor, cuando se Marchita, mientras que el Espíritu permanece Eternamente, si estamos de parte de Dios.
Pues, para nosotros nuestra patria esta en el Cielo, donde esta el Salvador al que tanto esperamos, Cristo Jesús, nuestro Señor; Él cambiará nuestros cuerpos miserables, para hacerlo semejante a su propio cuerpo del que irradia su Gloria, usando esa fuerza con la que puede someter a todas las cosas, porque todo le pertenece a Él, lo material y la vida de todo hombre mortal.
Porque si fuimos creados con polvo, y barro, ¿Que podemos hacer nosotros sin Él?
¿Cómo podemos nosotros vivir, si Él soplo en nosotros aliento de vida, o sea la respiración?
Aquí vemos como a Dios le pertenece todo la Vida y la muerte, porque si Dios es la vida, a Jesús el Hijo del hombre, le pertenecen las dos cosas; la vida y la muerte, porque Jesús es la Luz y el Pan de vida, y le pertenece la muerte, porque con su crucifixión y muerte, venció al que reinaba por medio de la muerte, el “Diablo”.
Entonces si el Espíritu santo es: transparente y limpio,
¿Cómo podemos blasfemar con la providencia del Cielo?
¡Es un Grave Pecado!
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