Conozco tu miseria, las luchas y la tribulación de tu alma, la deficiencia y la enfermedad de tu cuerpo: Sé tu vida y tus pecados y te digo lo mismo:
Dame tu Corazón, Ámame como eres… Si esperas de ser un Ángel para abandonarte al amor, no amarás jamás.
Aunque sea vil en la practica del deber o de la virtud, si recaes frecuentemente en esas culpas que no quisiste cometer más, non te prometo de no amarme, ámame como eres en cada instante y en cualquier situación tu estés, en el fervor en la fidelidad o en la infidelidad, Ámame como eres, quiero el amor de tu pobre corazón; si esperas de ser perfecto no me amarás jamás.
No podré Quizás hacer de un grano de arena un serafín radioso de pureza, de nobleza y de amor, ¿No soy yo el omnipotente? Y si me gusta dejar en nada aquellos seres maravillosos y prefiero el pobre amor de tu corazón, ¿non soy yo padrón de mi amor? Hijo mío, deja que te ame, quiero tu corazón, cierto quiero con el tiempo transformarte, pero ahora te amo como eres y deseo que tú hagas lo mismo; yo quiero ver de lo bajo de la miseria salir el amor.
Amo en ti aún tu debilidad, amo el amor de los pobres y de los miserables, quiero que salga continuamente un grito: Jesús te Amo. Quiero únicamente el canto de tu corazón, non me hace falta ni de tu ciencia ni de tu talento, una cosa solo me importa de verte trabajar con amor.
No son tus virtudes que deseo si te las doy, eres así débil que alimentare tu amor propio, non te preocupes por esto; Había podido destinarte a grandes cosas, no serás el siervo inútil, agarrare incluso el poco que ahí en tí; porque te he creado exclusivamente por amor.
Hoy estoy a la puerta de tu corazón como un mendigo, yo el rey de reyes toco y espero apúrate abrirme. Non alegar tu miseria, si tú conocieras perfectamente tu indignación, murieras de dolor, esto que me hiere el corazón saber de verte dudar de mí y faltar de confianza; quiero que pienses en mí, cada hora del día o de la noche; quiero que tu hagas la acción más insignificante solo por amor, cuento contigo para darme gloria.
No te preocupes de no poseer virtud, te daré las mías, cuando tengas que sufrir te daré las fuerzas, me has dado el amor, te daré saber amar al de allá, de cuanto puedas soñar… Pero recuerda ámame como eres, te he dado mi madre has pasar, has pasar todo de su corazón así puro.
Cualquier cosa caiga, no esperes de ser santo para abandonarte al amor, no me amarás jamás… va.
Amén.