Después Jesús subió a la Barca, y lo seguían sus discípulos, se desató una ola tan grande, pero el dormía; Los discípulos se le acercaron diciéndole: Socórrenos, Señor, que nos hundimos, y Jesús le Contesta: ¿Hombres de poca Fe? ¿Por qué tienen miedo?
Después Jesús se pone de pie y da una orden al mar, y todo quedo tranquilo.
Aquellos hombres admirados decían: Quien es este hombre, a quien los vientos obedecen.
¿A Nosotros nos pasa como a los discípulos en la barca? ¿O nos falta Fe, cuando estamos en las angustias?
Aquí Jesús sigue probándonos de que barro somos hechos, y ese barro cuanto puede valer para Dios, y nosotros ponernos en su mano para que nos moldee y ser cada día mejores cristianos, en nuestra Fe y amor al prójimo para servirle al Señor de Corazón sincero y puro.
Porque Él, sabe desde el seno de nuestra madre, si somos buenos o malos, y quiere ver nuestra transformación, como se transformó Él por nosotros.
A veces nos dejamos vencer por el miedo, cuando nos pasa algo malo, y no conseguimos rápido la solución, nos pasa como la “Barca”, nos ahogamos en un vaso de Agua, en vez de buscar la solución en Cristo con toda nuestra Fe, Él que lo puede todo, pues el mismo dijo: Todo lo imposible, debes hacerlo posible; pues no hay imposibles para Dios.
No hay cosa más potente en el mundo que la Fe, basada en Cristo Jesús, porque Jesús murió y Resucito con Fe, para Poder quitar y perdonar los pecados, y dejarnos limpios como la lana, para estar con Él en el Cielo, ¡pero! eso no puede suceder si no tenemos Fe Verdadera; pues aquí se nos manifiesta el “Grano de Mostaza”, el mas pequeño. Si creemos como un grano de mostaza, se nos manifiesta también el “Árbol con sus Frutos, porque cada Fruto va de acuerdo a los actos que hacemos, sean malos o buenos; y Jesús nos quiere firmes, como lo estuvo Él, y las Verdaderas quejas de Jesús son:
Me llamas Maestro y no me preguntas.
Me llamas Luz, y no me vez.
Me llamas Verdad, y no me crees.
Me llamas Camino, y no vas por Él.
Dices que Soy Hermoso, y no me amas.
Dices que Soy Rico y no me pides.
Dices que Soy Eterno, y no me buscas.
Dices que Soy Misericordioso y no confías en Mí.
Dices que Soy Noble, y no me sirves.
Dices que Soy Omnipotente, y no me Honras.
Dices que Soy Justo, y no me temes.
Amén.
Si nosotros los “Cristianos”, cumpliéramos con todos los Mandamientos y las quejas de Jesús; que distinta fuera nuestra vida humana aquí en el mundo, y que distinta fuera nuestra vida “Espiritual y Celestial”, entonces si imitaríamos a Jesús cuando nos dice: debemos ser Luz para el mundo, porque en la Luz está el Señor; que ilumina a todo hombre, y no hay otro Nombre por el cual podemos ser salvados.
Pero esa Luz debe ser limpia, y no debe ser borrosa, porque en la limpieza esta el Señor, y en los Borroso el pecado.
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